7 de mayo de 2014

PERSONAS DE TIERRA Y AGUA

PERSONAS DE TIERRA Y AGUA
Documentación sobre actividades libres en un patio de infantil
1.- Prejuicios.
Solemos actuar a partir de pensamientos estereotipados que hemos construidos socialmente y que no siempre coincide con la realidad.
Estamos cargados de prejuicios, que pocas veces son verdad, pero que nos hacen actuar conforme a ellos. Sólo la observación sobre la práctica  puede desmontarlos, a partir de un análisis exhaustivo y una reflexión compartida de los educadores.
Prejuicio 1. Son muchas las voces que argumenta que en el patio de infantil no puede haber un jardín porque los niños no lo cuidan y acaban destrozándolo todo. Este pensamiento es un prejuicio generalizado, que acaba paralizando cualquier iniciativa en la creación de un jardín o de cualquier otra actividad.
Prejuicio 2. Otro prejuicio que suele existir es que los niños y niñas con problemas de comportamiento son los primeros que romperán cualquier actividad novedosa que se realice.
2. Diseño de la tarea
Algunas clases de infantil han plantado flores en el patio. Las plantas vinieron de casa o las vieron brotar en semilleros que mimaron en el aula. En alguna clase incluso vino un abuelo jardinero a enseñarnos a plantar.

Lógicamente, fue entusiasta la atención y participación de los niños y niñas que plantaron en su patio de juego. Ahora quedaba comprobar que durante los recreos, en el tiempo libre, las plantas fueran respetadas. Y es ahí cuando se rompieron nuestros prejuicios.

3. Rompiendo prejuicio 1

Curiosamente, en contra de nuestras expectativas, después de un tiempo de observación comprobamos que algunos chicos y chicas se acercaron a cuidar las plantas. Unos estuvieron regándolas, otros quitando chinos de alrededor, quizás para que no tropezaran al crecer, otros simplemente observándolas. Se había echado por tierra el primer prejuicio. Comprobamos que cuando los chicos y chicas son protagonistas de la construcción de su jardín, cuando lo hace suyo, lo cuidan y lo respeta. No hay más que observar las caras de entusiasmo y la atención con que observan las plantas.


4. Rompiendo prejuicio 2
Después de un tiempo de observación detectamos que la mayoría de los chicos y chicas que cuidan las plantas y que se pasan todo el recreo regando con un vasito lo sembrado son, sorprendentemente, algunos chicos y chicas que presentan ciertas conductas no deseadas en clase.

Curiosamente,  detectamos chicos y chicas de todas los cursos de infantil, pero que mayoritariamente eran personas con problemas para estar sentado en el aula, para atender durante mucho tiempo, que tenían comportamientos inadecuados, que se mostraban impulsivos, desafiantes o desatentos en muchas ocasiones.


5. A modo de conclusión
Reflexionando sobre la cuestión comenzamos a pensar que existe una tipología de personas dentro del aula, que a veces diagnosticamos de hiperactivos, desatentos, desafiantes, o con problemas de conductas, y que en el patio se muestran atentos, cuidadosos, responsables, cariñosos, sociables y muy interesados por actividades de tierra y de agua.
Pensamos que, en estas edades tan tempranas, es necesario que la infancia salga de esas aulas tan académicas, con tantas actividades de papel, y vuelvan a donde tradicionalmente estuvieron y de donde nunca debieron de haber salido, el campo, el jardín, la tierra y el agua. Porque a estas edades aún necesitan de actividades al aire libre para completar su desarrollo integral de forma saludable.

Es por ello que, sin pretensión científica, ni estadística ninguna, convenimos en llamar a estos niños, a estas niñas, personas de tierra y agua.
Es por ello que intuimos que la observación directa, la reflexión compartida y la documentación de las actividades diarias del alumnado son las mejores formas de perfeccionamiento, de investigación y de ruptura de prejuicios.

Cristóbal Gómez Mayorga, primavera de 2014
Especialista en Pedagogía Terapéutica

C.E.I.P. EL ROMERAL  (Vélez-Málaga)

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