22 de noviembre de 2016

UNA OPORTUNIDAD



UN ACCIDENTE: UNA OPORTUNIDAD PARA APRENDER

Todo acontecimiento negativo es una oportunidad para trasformar dos signos menos en un más. Hay que ser experto en cambiar la orientación de una simple rayita para que un accidente sea una oportunidad de aprendizaje en la vida.  

Un chico de mi cole se cayó jugando en el patio. Se hizo una herida y comenzó a sangrar de forma alarmante. Todo el alumnado contempló el incidente, y cada cual lo sintió de forma particular. El caso es que ya nada fue como debería. Había que improvisar.

Al entrar del recreo, cada maestro y maestra se dispuso a dar clase. Pero la audiencia estaba en un estado emocional excitado, debido al suceso. Nuestro compañero estaba sangrando por un golpe en la frente y lo llevaron al hospital. Nuestras cabezas lo acompañaban y ya no estaban en la escuela.

¿Qué hacer en estos casos? Un colega profesor me dijo al acabar el día: tenía todo programado muy bien y no he podido dar clase, he perdido toda la hora, porque el incidente ha impedido que el alumnado estuviera centrado. Es lo que pasa con estas cosas, que hemos perdido el tiempo.

En otros cursos, en cambio, han ganado la hora. Han convertido dos signos menos en un más. El profesorado ha entendido algo esencial: lo que hay es lo que es. No hay más. Ya lo dijo Epicteto hace más de dos mil años. Lo que es, es lo que hay y con ello hay que lidiar.

Compartí clase con un tutor y cuento lo que pasó. Viendo a sus alumnos excitados por lo que aconteció, el maestro decidió parar la clase y atar tantas emociones con palabras, para que no se desbordaran. Lentamente, respiraron y se dio la consigna principal: cada cual levanta la mano si quieren hablar y los demás escuchamos.

Fueron saliendo las primeras emociones en forma de exageraciones, bulos y comentarios infundados: “se ha abierto la cabeza, se le ve los sesos, alguien ha dicho que está muy mal,…”. ¡Menos mal que se ha parado tanto espaviento! Unos a otros se fueron matizando y, al rato, ya más sosegados, se habló del bulo y lo peligroso que es, de que hay que contrastar la información, de que no podemos exagerar, de que es importante en esos momentos mantener la calma y contralar nuestras emociones desatadas por un acontecimiento de esas dimensiones. Y reflexionamos sobre la proliferación existente, hoy día, de los bulos en internet.

A continuación se hizo al grupo una pregunta: “Qué ha sentido cada cual”. Es importante afrontar los problemas desde nuestras emociones. Fueron apareciendo todos los sentimientos sentidos: miedo, nervios, lástima, un pellizco en el estómago,… Alguien explicó a sus compañeros que, en vez de alarmar a los pequeños, les dijo que se había hecho una herida muy pequeña y se iba a curar pronto. Resaltamos la empatía que tuvo el compañero para quitar miedo y tensión a los más débiles.

En la primera sesión del día se había hablado de sentimientos en Ciudadanía, según me dijo el tutor. Ahora se había sentido de verdad, ya se estaba en disposición de aprenderlos. Es importante primero sentir, luego nombrar, matizar, expresar y compartir.

A continuación, se buscó posibles causas de la caída del compañero. Parece que no había desayunado y tuvo un posible desmayo en una actividad extenuante como el fútbol.  Así que hablamos de la importancia de la alimentación para el esfuerzo físico e intelectual. Muchos intervienen para contarnos que sus entrenadores les incitan a comer frutas en medio de los partidos, para tener energía. Todos van contando anécdotas que les ha pasado en sus vidas por no haber comido suficiente. Se trata sobre las diferentes clases de alimentos y sus aportes energéticos.

La clase ya es toda calma. Se ha puesto palabras a las emociones derramadas. Se ha trabajado temas sentimentales desde las propias emociones. Se ha hablado mucho sobre alimentación. Se ha contextualizado el aprendizaje. Se ha sentido, hablado, escuchado y respetado al compañero. Se ha debatido, nos hemos mostrados con nuestros sentimientos. Y, sobre todo, no hemos perdido la hora de clase que otros perdieron, porque supimos hacer, de algo negativo, una posibilidad para aprender.



Cristóbal Gómez Mayorga

Otoño 2016